Relato de una tonta enamorada....



¿En qué momento nos enamoramos y en qué momento dejamos de estarlo? Son aquellas preguntas que vienen y van hoy por mi cabeza.


No sé si exista el momento preciso en el cual una persona pueda admitir y decir, desde hoy estoy enamorado, no sé si sea un evento tan determinado en el tiempo que te permita decir con firmeza, hoy estoy enamorada, ayer no lo estaba. Como muchas cosas en la vida, es un proceso, en el cual solo sucede, no sabes ni cómo, ni desde cuando y es así que muchas veces no se puede advertir que la llegada de aquel sentimiento del cual todos esperamos sentir llamado amor.

Tan solo dos palabras bastaron para cambiar el mundo, para hacer que las noches fueran eternas a tu lado, o que quizás una sonrisa apareciera sola durante el día al recordar esos momentos que pasamos juntos, donde el tiempo y el espacio, eramos solo tu y yo.... Pero ..... (siempre y en toda historia hay un pero) surge otra pregunta, que se vuelve recurrente en mi mente...

                                                                   ¿Qué pasa?

Ahora salen forjadas y casi por rutina esas dos palabras que cambiaron nuestro mundo, ya no nos miramos a los ojos para traspasar al alma del otro, cada noche se vuelve igual a la otra.... Sin embrago, cada vez que escucho tu voz, mi corazón se hace escuchar, y aunque la razón diga ¡ya no mas !  el corazón hace oídos sordos y continúa latiendo y latiendo mas fuerte por tí.... Pero (ves que siempre está presente) entonces, porque me siento así, en las nubes, ilusionada una vez más, sin entender donde está el puerto al cual debemos llegar.... Ese puerto que juntos inventamos llamado felicidad.

Las opiniones cotidianas abundan ¡Estás enamorada! , dicen algunos, ¡es una locura dicen otros!.... ¡Vives de ilusiones! dicen los que no conocen, yo solo digo..... vivo lo que siento, quiero vivir lo que me hace feliz, ya pasé por la pena, el sufrimiento de no tenerte, y si de algo estoy segura es que no  quiero volver allí, a esa oscuridad donde los días se volvían nada, donde las semanas fueron mas largas...y  donde las noches, fueron mas lloradas.

Es por eso que me volví ciega ante lo que no me gusta ver, me volví sorda ante los comentarios de los demás e incluso de mi propia razón....
Ahora solo queda seguir, caminar, sonreír....

                                                            y una vez más decir un....


                                                                                                Te Amo, antes de dormir.

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