Fue un tornado, la locura hecha emoción.
 Creí que en su mirada estaba el “para siempre”, pero en realidad nuestro amor escondía un “hasta siempre”. 
Hasta siempre porque ninguno de los dos nos olvidaremos, porque lo pusimos todo patas arriba y porque nunca más los días y las noches se ordenarán de nuevo.

Me gustó esa sensación de estorbarle a la vida, de ser demasiado intensos, de sorprender al mundo. Fue la piedra preferida de un pasado emocional imperfecto.

Me encanta pensar en esa casualidad cósmica que nos unió un día cualquiera en aquel lugar.Un hilo rojo.  Un mismos destino. Unirnos para siempre, llevarnos un pedazo de nuestra alma para seguir caminando.


Solo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser. No lo entendí hasta que no me percaté de que era imposible sostener un amor tan efímero y tan intenso en lo más alto de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario